Hace medio siglo china era ejemplo de la búsqueda del desarrollo por la vía del socialismo. Ahora es un auténtico tigre asiático con grandes garras comerciales que destrozan los aparatos industriales de las naciones con las que comercia.

Ese es nuestro caso pues después de tan escandalosas prácticas comerciales que hemos registrado y padecido de las empresas chinas, desde los años noventa, todavía hoy continúan sus prácticas desleales en el terreno del comercio exterior.

Este año la Secretaría de Economía (SECON), está revisando las cuotas compensatorias impuestas a la tubería de acero sin costura y a los hongos del género Agaricus, originarios del país asiático.  Pero en el curso de 2016 se han agregado otros 8 casos de investigaciones que se inician o concluyen por denuncias de empresas nacionales que son líderes nacionales en los mercados mexicanos de sus productos, por la invasión china.

El pasado 13 de octubre de 2016, la autoridad comercial resolvió imponer cuota compensatoria provisional a las importaciones de la empresa china Sanhe, después que comprobó que introduce al país mediante precios discriminatorios (castigados en relación con los de su país de origen), artículos para cocinar de aluminio, afectando con ello a la industria nacional y en particular a la empresa que representa el 32% de la producción mexicana en este mercado.

Según la SECON el efecto fue el siguiente: el empleo de dicha rama de producción nacional disminuyó 11% durante el periodo analizado, las utilidades operativas de la misma disminuyeron 80.6% en el periodo de 2011 a 2013, y su rendimiento sobre la inversión, registró una tendencia decreciente al reportar niveles de 9.5% en 2011, 7.7% en 2012 y 4.1% en 2013. Todo ello, por efecto de las importaciones chinas antes señaladas.

Estos eventos sólo son una muestra de los peligros del empleo y para la planta industrial en las economías abiertas como la mexicana y la necesidad de tener una mano firme en la aplicación de los mecanismos de protección, si es que queremos hacer realidad la política industrial recién consagrada en nuestra Carta Magna.